Un nuevo año toca la puerta, y abre paso a muchos buenos deseos e ilusiones.
De nuestro esfuerzo y trabajo dependerá el logro de ellos.
Pero algunas veces, esto no es suficiente.
¡Para quienes creemos, Dios juega un papel insustituible!
Y es cuando orar es necesario, especialmente por aquellas necesidades fuera del alcance humano: un cáncer, una enfermedad terminal, dejar las drogas, despojarse de los vicios, cambiar para bien, algunas veces nos parecen inalcanzables por mucho que nos esforcemos.
¡Y entonces nos abandonamos en Dios, esperando una respuesta a nuestras oraciones!
Fotografía de Irina Orellana, Catedral Metropolitana de Tegucigalpa.
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