¡Que vivan las minutas!
Los recuerdos de la niñez afloraron fácilmente al encontrarme con este vendedor de "minutas" como le llamamos en Honduras a los raspados (hielo estilo frappé), en una de las calles de la bella Valle de Angeles, a pocos minutos de Tegucigalpa.
¿Quién no amó las minutas durante su niñez?
Me trae tantos recuerdos de Ceiba...al salir de la escuela nos esperaba la bolsa de mango verde o las "nieves" como le llaman allá. Allí no había miedo de e-pilori, rotavirus y todo lo que ahora me frena de poder disfrutar de una nieve hoy dia...en ese momento yo la pedia de sabor tuttifrutti, con leche condensada y jalea de guayaba para rematar...cual dieta, cual nada, eso es vida!!
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